Con este artículo de
hoy me voy a despedir del blog, ya os habréis dado cuenta que últimamente no me
prodigo demasiado actualizándolo, ocurre que estoy en tantas redes que no me
quedan palabras para todas. Aquello que más me interesa contar, mis prontos,
suelo compartirlos en Facebook. Sin embargo, no se trata de un adiós echando la
vista atrás, no es una defunción, sino algo muy distinto, un renacimiento que
llega de la mano de un nuevo proyecto ilusionante que sustituirá este blog
mejorándolo de la misma manera que algo llega en mi vida también, espero,
mejorándola.
Hace un tiempo,
pasada la semana santa, recibí una oferta de trabajo, la vida de un escritor
que no se dedica a otra cosa que a sus novelas es dura, demasiado. De poco
sirve como en mi caso haber ganado los premios literarios más importantes que
existen en el género de la literatura juvenil en catalán, la estabilidad no
existe, sobretodo la tranquilidad.
La oferta en cuestión
se trataba de la vigilancia nocturna, metido en una garita toda la noche con el
pretexto o aliciente de asegurarme un sueldo y, además, tiempo para seguir
escribiendo. ¿Pero quién es capaz de crear des de la oscuridad? ¿Quién escribe
algo bello des de la derrota? Yo no, desde luego, la oscuridad de la garita era
un encuentro con mis espíritus, con mis muertos, algo que te podía alentar al suicidio,
pero para nada a la creación.
Entonces, como suele
ocurrir, pasó algo. Ya hace algún tiempo empecé un proyecto ilusionante,
precisamente con la idea esta de conseguir una tranquilidad económica que me
permitiera seguir escribiendo. Mi taller de novela online. Tras un inicio
fulminante la cosa cesó. Supongo que los lectores de mi círculo más próximo y
seguidores Facebook con alma de poeta se apuntaron de golpe al taller online,
pero detrás de ellos ya no hubo más. Des de entonces, era el 2013, y salvo algún
alumno esporádico, el taller tenía los días contados hasta que, casi sin darme
cuenta, empezó a rebrotar al mismo tiempo que cambiaba mi método y sin
publicidad, el boca a oreja. Nuevos métodos de trabajo y como resultado novelas
más que dignas para ser publicadas y, mientras, el boca oreja haciendo de las suyas
y los emails solicitando mi coach personal acumulándose hasta el punto que mi
última solicitud la he aplazado hasta finales de noviembre.
A todo esto, uno se
da cuenta que la intranquilidad existe y existirá siempre, como quien apuesta
por un negocio, sube la persiana a las nueve de la mañana y desconoce cuántos
clientes van a pasar por caja y que como dijo un célebre presidente del Barça, “al
loro que no estamos tan mal”. Voy a cerrar la cosecha del 2016 con cuatro
novelas publicadas y el repentino éxito de mi método coach va a dar un paso más
que es el motivo de esta blocada final y que pronto será noticia.
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