Escribió Rilke en “Cartas a un joven poeta” que el
escritor nace de la necesidad, que para escribir es necesario sentir la extrema
necesidad de hacerlo... ¡Cuánta razón tenía! He estado apartado durante meses
del placer de escribir, de poder crear, de poder entrar dentro de una historia
y convivir con los personajes como uno más; han sido unos larguísimos e
interminables meses atendiendo a las demandas de las escuelas hasta que por fin
ha llegado la hora. Obedeciendo un ritual acabo de aterrizar de tierras del
Delta del Ebro donde, año tras año, repongo y ordeno mis ideas. También entierro
las decepciones; y una vez enterradas llega la hora de volver a soñar y
reavivar la lucha. Para mí empieza un nuevo curso mañana mismo, cuando pondré
capítulo uno a la primera de las obras que espero crear de aquí hasta pasado
invierno; hasta que vuelvan las escuelas. Se abre una nueva etapa, una más de
las que la vida de una persona va quemando. Con toda probabilidad comenzaré los
próximos retos con una nueva compañera de cuatro patas a la que tendré que
educar, una nueva compañera con la que compartiré todos los momentos de
creación y a la que espero no sabéis cómo. Siempre que hay un final nace un
principio. Pero la llegada de un nuevo cachorro a casa no lo es todo; llegan
retos y nuevas ilusiones que ya empiezan a quitarme el sueño. El primero de
ellos, la representación por toda Cataluña, con el apoyo de la Generalitat y la
colaboración de la editorial Cruïlla, de la adaptación que he hecho de la
Gran O , en un proyecto que pretende acercar los institutos a
diferentes teatros de comarcas. La otra, digamos novedad, será trabajar en mi
primer guión cinematográfico codo a codo con Júlia Vilaprinyó. Y, para acabar,
la tercera de estas nuevas ilusiones; la puesta en escena a partir de mayo en
el teatro Almería de Barcelona, de la obra “Tens un amic” que dirigirá Oscar
Molina y protagonizará mi gran amigo Daniel Sicart y, si la selectividad se lo
permite, Jordi Pla (otro gran amigo).
Pero no todo será sembrar en estos próximos meses,
también llega la hora de recoger frutos, la fruta madura producto de anteriores
esfuerzos. Llega la hora de promocionar nuevas novelas que irán viendo la luz.
La primera, por septiembre, “Tres en Ratlla” la novela de la independencia de
Cataluña, una obra de la que seguro dará qué hablar. Más tarde, vendrá la
versión bilingüe de “Extra, el chico que hablaba cono los muertos”, una novela
a la que hice referencia en un antiguo comentario en este blog; mirad: “estic
fins els collons”. Y para acabar, la traducción de “La luna de hielo”.
Todo esto, haciendo conjunto con los cuatro proyectos sólidos de novela juvenil que espero engendrar desde mañana mismo, configuran este estado de extrema necesidad de escribir que tan bien describió Rilke y que yo no pienso desaprovechar.
Ahora lo que toca es ponerse a trabajar.
Todo esto, haciendo conjunto con los cuatro proyectos sólidos de novela juvenil que espero engendrar desde mañana mismo, configuran este estado de extrema necesidad de escribir que tan bien describió Rilke y que yo no pienso desaprovechar.
Ahora lo que toca es ponerse a trabajar.
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